De la imprenta al algoritmo: cómo la comunicación se convirtió en campo de batalla entre el poder del dinero y la voluntad popular
El
protagonismo que tiene la información es cada vez mayor; esto se debe al avance
de la tecno-ciencia. En el siglo pasado recién aparecieron la radio y la
televisión, dando un salto cualitativo en la comunicación. En Occidente
hicieron trascender que la imprenta la inventó Gutenberg, cosa que es mentira,
ya existía desde hacía tiempo en Oriente. Podemos decir que la imprenta de
Gutenberg trasciende en Occidente porque hay una motivación económica por
detrás: fue la irradiación de una cultura que se nutrió del conocimiento
adquirido mediante el robo a las colonias del hemisferio sur.
Una de las
características del desarrollo del capitalismo desde el comienzo de la
modernidad ha sido la apropiación de todo adelanto científico para multiplicar
su desarrollo. Esto ha sido exponencial, disolviendo —cuando no destruyendo—
todo lo que se le oponía. Así vemos cómo, en nuestra historia, la mayoría de
las luchas emancipatorias de los siglos XVIII y XIX no lograron su objetivo,
cuestión que aún no está resuelta; por más que se intente ocultar, la historia
está viva en la experiencia colectiva de la población.
La memoria
de los pueblos es la ventaja sobre la tergiversación de la realidad que se
intenta a través de la información transmitida por los medios disponibles. Perón
ya se había dado cuenta de la importancia de la radio en 1940 y la tomó como
herramienta de transformación social. En la Secretaría de Trabajo (1944-45)
mandaba mensajes diarios por la Red Argentina de Radiodifusión; descubrió que
ese medio le permitía llegar simultáneamente a obreros del interior y a la
capital, algo impensable con actos callejeros o la prensa escrita. En la
campaña electoral de 1946 utilizó la “radio-parlantes” móvil: durante la
campaña instaló altavoces en plazas del interior y transmitía el acto central
en cadena; los aplausos y cánticos se replicaban en eco, creando la sensación
de una única muchedumbre nacional. Ese dispositivo revalorizó las grabaciones:
los discursos cortos podían reemitirse en cualquier horario y repetirse hasta
cuatro veces por día.
Entre 1946
y 1955 dio casi dos mil discursos. Una vez en la Presidencia se nacionalizaron
emisoras, se obligó a las privadas a transmitir en simultáneo y se creó un
servicio de “cadena nacional permanente”. Para el Segundo Plan Quinquenal Perón
explicó la medida durante cinco días consecutivos; los técnicos guardaron casi
dos mil grabaciones que quedaron en archivo.
Las
funciones políticas de los mensajes grabados permitían planificar la agenda
mediática sin depender de la prensa opositora. Uniformaban el mensaje en todo
el país, reforzando la idea de “pueblo único” y “líder único”. La repetición
creaba ritual: cada nuevo disco o cinta se convertía en acontecimiento nacional
que las emisoras comentaban durante horas. En síntesis, Perón no “descubrió” la
radio, pero sí fue el primer dirigente argentino que la convirtió en columna
vertebral de una estrategia de comunicación permanente; de ahí la profusión de
discos, cintas y transmisiones en cadena que caracterizaron sus dos presidencias.
Con una
mirada retrospectiva se puede decir que los dos primeros gobiernos peronistas
tuvieron características uniformes en el sentido de dar un mensaje determinado
y tratar de crear una homogeneidad frente al enemigo común al cual se
enfrentaban. Tal circunstancia es la que le valió al enemigo decir que el
gobierno peronista era dictatorial porque no dejaba expresar a las disidencias.
Concepto que es una mentira, pues precisamente el que no permitía expresar los
antagonismos era el sistema comunicativo imperialista de ese momento, como lo
sigue haciendo en estos días de una manera más refinada y perfeccionada por el
avance de la técnica, como ya lo describimos.
Este
artilugio se sigue utilizando hasta el presente, señalando que lo que importa
es la diversidad de oportunidades y la libertad de elegir. Eslogan conocido en
este momento. El principio de la libertad de elección es falso porque se parte
desde el individuo. Esto da relevancia a sus capacidades por sobre los demás
para alcanzar sus metas. Así es como comienza la lucha en la que vence el más
fuerte. Es la libre empresa. La libre competencia. Esto da origen al
capitalismo moderno europeo que se extiende por todo el hemisferio sur.
Los países
que fueron protagonistas en la expansión del capitalismo hoy ellos mismos son
víctimas de lo que han creado. Ya ha sido señalado en otros artículos: el
capitalismo financiero no tiene bandera, está por sobre las naciones y trata de
destruir toda entidad que se le oponga.
El núcleo
de todo esto es el individuo; por tal razón se considera que Descartes es el
que da fundamento ideológico a este fenómeno con el “yo pienso, luego existo”,
que se debe traducir como “primero yo”. En base a esto, hoy vemos cómo las
personas responden a un fin que no es el comunitario sino al propio interés.
Trasladándonos
al presente, si bien la ciencia y la técnica han logrado avances en la
comunicación, también han modificado muchos hábitos y modos de comportamiento.
En base a esto se dice que la acción entre los humanos parece haberse
modificado; esto es lo que se llama “mundo virtual”, que muchos dicen que es
una desconexión con la realidad.
Lo que
importa es tener en cuenta cuál es la función que se le da a este avance
científico representado gráficamente por los celulares, que se masificaron
recién a principios de este siglo. Se estima que en los últimos años se ha
logrado una cobertura casi universal de 6 900 millones de suscripciones; llegan
donde no hay fibra ni TV. Lograron la multicanalidad: comunicarse por voz,
mensaje de texto, redes, videollamadas, e-mail, etc.
Lo que
intentan imponer es una nueva época a la que llaman con distintos nombres: el
tecno-feudalismo, la pos-verdad, etc. Pero lo que no se ha modificado es el
propósito primario del imperialismo: el sometimiento de otros pueblos a los
intereses del capitalismo eurocéntrico.
Frente a
todo esto se puede comprender por qué, frente a un enemigo diverso de mil
caras, es necesario tener una postura uniforme que momentáneamente supere todas
las contradicciones secundarias. La misma táctica que usó el general Perón en
el año 1945. Por tal postura monolítica le endilgaron el mote de dictador. En
verdad, el que dictaba era el pueblo a través de él.
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1 comentario:
Pero muy bueno!
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