Rescatar el legado de generaciones anteriores no es volver al pasado, sino integrarlo al presente sin someternos al mismo.
Hay una nueva corriente de pensamiento que ha comenzado a trascender a comienzos de este siglo. Si queremos ser justos debemos nombrar a Franz Hinkelammert y Enrique Dussel como sus precursores desde la segunda mitad del siglo XX.
Franz Hinkelammert era un economista alemán que llego a Chile en 1963. Allí profundizo sus estudios sobre Latinoamérica y trabajo junto a la intelectual chilena Marta Harnecker, de formación marxista, que tuvo mucha trascendencia en los ámbitos universitarios de la Argentina.
Lo destacable de ellos fue la transición que hicieron en a través de sus estudios. Dussel que fue más conocido, era un mendocino que vivió en la Argentina hasta 1974 año en que sufrió un atentado y se fue a vivir a México, en ese entonces era considerado un pensador con formación marxista, por tal razón él no tenía mucha afinidad con el peronismo, tal es así, que en toda su obra nunca se refirió al mismo. Sería un atrevimiento decir que no entendió al peronismo por su formación. Podemos arriesgar que, en su giro al final de su vida está incluido el peronismo sin que él se lo haya propuesto.
La obra de estos dos pensadores da un nuevo punto de vista que explica los movimientos nacionales en el cono sur del siglo XX con los cuales la izquierda clásica tuvo dificultades. Para entrar directamente en el tema, el mérito de estos intelectuales es haber comenzado el tránsito para salir del eurocentrismo. Tenemos muchos ejemplos de cómo varios de nuestros políticos y referentes del campo académico, en el siglo pasado, tuvieron posiciones erróneas respecto a la situación política que estábamos atravesando, por esto se pagó un alto precio.
La cuestión fundamental radica en rescatar la concepción del mundo en el cual nos desenvolvemos, o mejor dicho el mundo dentro del cual se ha desarrollado nuestro acontecer histórico. Cuando digo nuestra historia me refiero a la del hemisferio Sur, específicamente Latinoamérica. Señalo esto porque se puede confundir con la historia de la humanidad que es una forma del eurocentrismo de referirse al pasado, dividiendo la historia en antigua media y moderna. Esta es una visión totalmente eurocéntrica.
En la edad media el poder superior estaba investido en la tierra por los señores feudales. Cuando llega el nuevo orden este sigue ejercido por las mismas familias, los Habsburgo (Casa de Austria), Los Médici (Florencia), Los Tudor (Inglaterra), los Borbones (Francia) y otros. Con el comienzo de la modernidad estas familias acrecientan el poder por medio de la secularización, proceso por el cual las creencias, prácticas e instituciones religiosas pierden influencia en la sociedad y son reemplazadas por valores, normas y estructuras seculares (no religiosas).
Este fenómeno está asociado a la modernización, al avance científico, la pluralización de creencias y la separación entre Iglesia y Estado. Esta transición de la Edad Media y comienzo de la Edad Moderna (siglos XV–XVI), fue ampliamente difundida, se habla de las ventajas técnicas y la superación del oscurantismo medieval. Esto es lo que han inculcado sobre las ventajas de la modernidad en los países colonizados para superar el atraso y la ignorancia.
También se nos enseñó que la democracia es el resultado de la superación de la edad media. Es un concepto formal que nos ha llegado de Europa. El sistema parlamentario está pensado de tal manera, que su renovación del 50% periódicamente hace imposible arrebatar el poder a los grupos económicos concentrados. Estos son los que compran y manipulan a diputados, senadores y medios de comunicación. Para que la voluntad de un pueblo se haga efectiva en la cámara de representantes tendría que obtener más del cincuenta por ciento de los votos en reiteradas elecciones. Así también es errónea la calificación política de acuerdo con los parámetros de derecha e izquierda. Estos surgieron en Inglaterra, los conservadores se sentaban a la derecha y lo reformistas a la izquierda, más tarde se repite en la cámara de los comunes en Francia, los girondinos a la derecha (conservadores) y los jacobinos izquierda (los progresistas).
Frente a todo esto debemos rescatar el concepto de comunidad como modo de organización que aún persiste en muchas regiones del cono sur. Esta es la manera originaria de organización social (comunal debería decirse, pues la palabra social ya tiene connotaciones europeas). Si mucho no se sabe del desarrollo que tenían los pueblos de este continente antes de que llegaran los españoles es porque ha sido ocultado deliberadamente. Desde la conquista los escribientes que informaban al rey sobre américa dejaron testimonios del desarrollo de estos pueblos. Tenían una política de avanzada convivencia que se manifestaba en las comunidades indígenas. Esto contrasta con lo que luego fue trasmitido a nuestra región.
Para decirlo de una manera simple, el tipo de organización previa que tenían nuestros pueblos antes de la llegada de los españoles era totalmente distinta, el periodo de la Europa de ese siglo (s. XV s. XVI) estaba atravesada por la codicia de dinero, todos conocemos algo de ese momento histórico de Europa. Fue la época de la edad media que un tiempo más tarde da lugar a la revolución industrial, que fue ampliamente difundida y nos la vendieron como una etapa de superación de la edad media.
También hay que señalar que la ciencia y la técnica no es patrimonio de la Europa posmedieval, sino de oriente donde se desarrolló primero. ¿Por qué estos descubrimientos impactaron de esta manera en Europa y no en oriente? Para decirlo a grandes rasgos podemos señalar que occidente impulsó la ciencia como disciplina autónoma en virtud de la secularización de la religión. Oriente tenía integrado el saber técnico a los marcos de su cultura que respetaban la naturaleza.
El protagonismo de estos pensadores a los que me réferi en un primer momento está dado por que ellos señalan las ventajas que tiene América del Sur respecto a occidente. Esta radica en que muchos pueblos han conservado hábitos y creencias previas a la llegada de los colonizadores, sumando a esto un mismo idioma y religión que funciona como un hilo de unión cultural en todo el continente. Este legado de Europa debe ser rescatado, como así también el provecho de los adelantos científicos en tanto sean para el bien de la comunidad. Así no entramos en la falsa antinomia de progreso o atraso.
Rescatar el legado de generaciones anteriores no es volver al pasado. Sino integrarlo al presente sin someternos al mismo. El aparato propagandístico que obedece a los grandes grupos financieros hoy cumple el mismo rol que los escribientes del pasado, informan la verdad a sus amos y estos dictan las mentiras que deben transmitir para que sigamos sometidos.
El pasado siempre está vigente, lo corrobora las manifestaciones del pueblo que aparece en momentos críticos. Las predicciones de E. Dussel, F. Hinkelammert y sus discípulos como Ramon Grosfoguel, Katya colmenares y otros, se han ido confirmando con hechos. Estos acontecimientos tienen las características que ellos describen, principalmente en países de América del sur. Se destaca un protagonismo cada vez mayor de comunidades indígenas. Comenzamos un nuevo periodo histórico, importa ser conscientes de que lo estamos transitando.
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