De pronto el portón no resistió y cedió. Una multitud furiosa comenzó a avanzar para la montaña donde estaba Guevara como si fuesen a despedazar el cuerpo. A policía asistió, quieta, como consintiendo. A tres metros del cadáver, como si obedecieran a una orden muda, la muchedumbre se detuvo. Podían ver entonces un rostro tierno, calmo, desprotegido, casi sonriendo. “Entonces este era el demonio de que nos hablaban?”. Las mujeres se fueron distanciando. Después una dice: “que magro”. Otra susurro: “tan lindo”. La tercera dijo: “Es como cristo”. Sin que nadie de una orden, la multitud de mujeres y hombres rudos, humildes, entro en fila organizada entro en una fila organizada pasando serenamente delante de aquel cuerpo, como si hicieran último homenaje a un muerto querido.
La narración precedente, es del periodista Helle Alves, está en el libro de los periodistas de brasil escrito por Joé Halmilton Ribero. Además del foro internacional –la periodista y el fotógrafo Antonio Benedito Moura y el cineasta Walter Gianello fueron los primeros en dar la noticia de la muerte de Guevara –aquel fue el mayor impacto en la izquierda causada por su muerte. Pero no fue solo un grupo de campesinos lo que cambio su concepción del mundo a partir de él. Mas allá de que de que su imágenes fuerte en todo el planeta, no todos saben la extensión de su legado, principalmente en la interpretación el marxismo, siendo mas notable su figura de héroe rebelde.
En el aspecto político, uno de los principales desafíos del Che fue luchar contra el dogmatismo y la burocracia del sistema soviético, en especial refutando al stalinismo. El alertaba obre los riesgos que Cuba corría . . .
“El intercionalismo revolucionario , combinado con un sentimiento de justicia, lo mantuvo equidistante tanto del capitalismo como del socialismo soviético”, explica Frei Betto. “Estuve tres veces en la unión soviética y soy testigo de que el nombre del Che fue prescripto por la nomenclatura que se refería a él como “terrorista”. Esto por que en la conferencia de Argel, en el inicio de los años 60, criticó el “social-imperialismo de la Unión Soviética”. Agrega Betto que se refiere al famoso “discurso de Argel”,en febrero de 1965, que evidencia la ruptura del Che con la URSS, con la china comunista y también se trata de una critica a la política cubana.
En aquel momento, Cuba discutía acuerdos comerciales con los soviéticos. El Che, a pesar de reconocer en el discurso el aumento de los envíos de azúcar para el Este Europeo, resaltaba que los medio de pago eran deficitarios para Cuba, reproduciendo de alguna forma los términos de intercambio clásicos entre los países centrales y periféricos (equipamientos y maquinarias a cambio de materia primas). La diferencia estaba en que esto no se estaba dando entre naciones capitalistas y si entre naciones socialistas. “Como se pude llamar de `beneficio mutuo` la venta, a los precios del mercado mundial, de productos que cuestas a los países subdesarrollados esfuerzos e sufrimientos sin lime a la compra, también a los precios de mercado mundial, de maquinas producidas en las grandes fabricas automatizadas en la actualidad?”, criticaba. “Si estableciéramos ese tipo de reracionamientos entre dos grupos de países, tenemos que reconocer que los países socialistas son, hasta cierto punto, cómplices de la explotación capitalista”.
Las críticas que ya hacia internamente en Cuba ahora eran dichas en otro nivel, en una conferencia internacional, con la presencia de observadores soviéticos . Y era coherente con las fallas que el Che tenia percibido sobre el pensamiento de Marx, una omisión de dos elementos considerados fundamentales por el en la teoría del imperialismo y de la pauperización. De acuerdo con Manolo Perez, en su Che Guevara : -Contribución al Pensamiento Revolucionario- considera que uno de los errores mas graves de Marx es no haber tenido en cuenta, en su análisis del capitalismo el carácter polarizador, y por tanto, no situar en el centro la contradicción entre países imperialistas y países subdesarrollados o dependientes y como esta contradicción afecta la oposición entre capital y trabajo en los países centrales …
El Che rechazó los modelos de Europa occidental de un socialismo que clama a “conquistar el capitalismo con sus propios fetiches”, esclárese Meter Aclaren, profesor de la Universidad de California. “También desafió la visión economicista del socialismo, que consideraba a la esfera económica como un sistema autónomo gobernado por sus propias leyes y valores o por el mercado, con una visión más política del socialismo, que coloca la idea de que los precios y la producción son basados en criterios sociales, ético y políticos. El socialismo del Che, en ese aspecto, era esencialmente antidogmático.
En el discurso de Argel, él critico lo que llamaba falta de “solidaridad internacional” en relación a países como Vietnam, que poco antes había comenzado a ser bombardeado por EEUU, atacando en forma directa a la UTRSS y también Achina, De nuevo adoptaba una línea coherente con la practica.
El Nuevo Hombre
Michael Lowy, en su pensamiento del Che Guevara, entiende que la interpretación de l Che respecto de El Capital, consigue rescatar las dimensión humana de la obra de Mark, entendiendo que eso no contradice su carácter científico, “pero por el contrario, se encuentra dialécticamente ligado a el”. Eso queda claro en sus textos políticos, donde dice “El peso de ese monumento de la inteligencia humana es tal que nos hace olvidar frecuentemente el carácter humanista (en el mejor sentido de la palabra) de sus preocupaciones. El mecanismo de las relaciones de producción y su consecuencia, la lucha de clases, esconden, en cierta medida, el factor objetivo de ser los hombres los que mueven la historia.
De acuerdo con Lowy, el che distingue el humanismo de Marx de los otros tipos de humanismos: el filantrópico, el burgués y el cristiano tradicional. Para el autor, “tanto el humanismo del che como el de Marx están focalizados explícitamente en una perspectiva de la clase operaria, contra todo humanismo abstracto que pretende ir más allá de las contradicciones sociales (que en última instancia es un análisis burgués), oponiéndose radicalmente a la liberación del hombre y la realización de sus potencialidades no pueden ser alcanzadas, sino por la revolución proletaria, que elimina la explotación del hombre por el hombre e instaura e dominio racional de los hombres sobre sus procesos de vida social”.
Este pensamiento sería a un reencuentro con Rosa Luxemburgo, que reconoce una moral humanista del marxismo, pero observa que toda moral y todo humanismo tiene, necesariamente, un carácter de clase, en cuanto no fuera instaurado el comunismo.
Pero, como defender el humanismo del Che que al mismo tiempo defiende la “muerte impiadosa del opresor”? Esta aparente contradicción es hecha reiteradas veces principalmente por políticos ligados a la derecha que, en general, dan sentido en dictaduras alineadas a su postura política pero tratan al revolucionario como “terrorista”. Lowy no ve tal contradicción ya que, para el humanismo revolucionario, la guerra emprendido por el pueblo es la única respuesta necesaria y la única posible de los oprimidos contra sus opresores que patrocinan la violencia institucionalizada.
“En la Actual coyuntura latino-americana, la lucha armada solo interesa a los fabricantes de armas y a la extrema derecha, Pero en tanto, como principio, defendido por Santo Tomas de Aquino y el Papa Paulo VI en la Encíclica Populorum Progresio, cuando al pueblo no le queda otro recurso para persuadir al tirano, la defensa armada se legitima. Es una interpretación humanista de la tradición judaico-cristiana, incorporada por el marxismo.” Entiende Frei Betto
Peter McLaren tiene una consideración interesante respecto de como la teoría revolucionaria del Che fue absorbida inclusive por sectores católicos en la América Latina. “Figuras religiosas como Dom Helder Camara y Oscar Romero hablaron de ‘trindad de sangre’, tres niveles de violencia: violencia estructural, violencia revolucionaria y, por fin, reaccionaria”, explica. “El primer nivel, de violencia del ‘pai’, seria la opresión social, económica, política, del sistema militar y de arreglos, codificada en la ley y los hábitos y que es responsable por decenas de millares de muertes de inocentes en todo mundo diariamente. La violencia revolucionaria, el segundo tipo, o violencia del ‘filho’, seria la respuesta a la violencia del primer nivel, a estructural. La reaccionaria, o ‘diabólica’, consistiría la respuesta del Estado a los actos de protesta contra a violencia estructural”, describe.
Glauco Faria
Forum Edição 55 • outubro de 2007
En el aspecto político, uno de los principales desafíos del Che fue luchar contra el dogmatismo y la burocracia del sistema soviético, en especial refutando al stalinismo. El alertaba obre los riesgos que Cuba corría . . .
“El intercionalismo revolucionario , combinado con un sentimiento de justicia, lo mantuvo equidistante tanto del capitalismo como del socialismo soviético”, explica Frei Betto. “Estuve tres veces en la unión soviética y soy testigo de que el nombre del Che fue prescripto por la nomenclatura que se refería a él como “terrorista”. Esto por que en la conferencia de Argel, en el inicio de los años 60, criticó el “social-imperialismo de la Unión Soviética”. Agrega Betto que se refiere al famoso “discurso de Argel”,en febrero de 1965, que evidencia la ruptura del Che con la URSS, con la china comunista y también se trata de una critica a la política cubana.
En aquel momento, Cuba discutía acuerdos comerciales con los soviéticos. El Che, a pesar de reconocer en el discurso el aumento de los envíos de azúcar para el Este Europeo, resaltaba que los medio de pago eran deficitarios para Cuba, reproduciendo de alguna forma los términos de intercambio clásicos entre los países centrales y periféricos (equipamientos y maquinarias a cambio de materia primas). La diferencia estaba en que esto no se estaba dando entre naciones capitalistas y si entre naciones socialistas. “Como se pude llamar de `beneficio mutuo` la venta, a los precios del mercado mundial, de productos que cuestas a los países subdesarrollados esfuerzos e sufrimientos sin lime a la compra, también a los precios de mercado mundial, de maquinas producidas en las grandes fabricas automatizadas en la actualidad?”, criticaba. “Si estableciéramos ese tipo de reracionamientos entre dos grupos de países, tenemos que reconocer que los países socialistas son, hasta cierto punto, cómplices de la explotación capitalista”.
Las críticas que ya hacia internamente en Cuba ahora eran dichas en otro nivel, en una conferencia internacional, con la presencia de observadores soviéticos . Y era coherente con las fallas que el Che tenia percibido sobre el pensamiento de Marx, una omisión de dos elementos considerados fundamentales por el en la teoría del imperialismo y de la pauperización. De acuerdo con Manolo Perez, en su Che Guevara : -Contribución al Pensamiento Revolucionario- considera que uno de los errores mas graves de Marx es no haber tenido en cuenta, en su análisis del capitalismo el carácter polarizador, y por tanto, no situar en el centro la contradicción entre países imperialistas y países subdesarrollados o dependientes y como esta contradicción afecta la oposición entre capital y trabajo en los países centrales …
El Che rechazó los modelos de Europa occidental de un socialismo que clama a “conquistar el capitalismo con sus propios fetiches”, esclárese Meter Aclaren, profesor de la Universidad de California. “También desafió la visión economicista del socialismo, que consideraba a la esfera económica como un sistema autónomo gobernado por sus propias leyes y valores o por el mercado, con una visión más política del socialismo, que coloca la idea de que los precios y la producción son basados en criterios sociales, ético y políticos. El socialismo del Che, en ese aspecto, era esencialmente antidogmático.
En el discurso de Argel, él critico lo que llamaba falta de “solidaridad internacional” en relación a países como Vietnam, que poco antes había comenzado a ser bombardeado por EEUU, atacando en forma directa a la UTRSS y también Achina, De nuevo adoptaba una línea coherente con la practica.
El Nuevo Hombre
Michael Lowy, en su pensamiento del Che Guevara, entiende que la interpretación de l Che respecto de El Capital, consigue rescatar las dimensión humana de la obra de Mark, entendiendo que eso no contradice su carácter científico, “pero por el contrario, se encuentra dialécticamente ligado a el”. Eso queda claro en sus textos políticos, donde dice “El peso de ese monumento de la inteligencia humana es tal que nos hace olvidar frecuentemente el carácter humanista (en el mejor sentido de la palabra) de sus preocupaciones. El mecanismo de las relaciones de producción y su consecuencia, la lucha de clases, esconden, en cierta medida, el factor objetivo de ser los hombres los que mueven la historia.
De acuerdo con Lowy, el che distingue el humanismo de Marx de los otros tipos de humanismos: el filantrópico, el burgués y el cristiano tradicional. Para el autor, “tanto el humanismo del che como el de Marx están focalizados explícitamente en una perspectiva de la clase operaria, contra todo humanismo abstracto que pretende ir más allá de las contradicciones sociales (que en última instancia es un análisis burgués), oponiéndose radicalmente a la liberación del hombre y la realización de sus potencialidades no pueden ser alcanzadas, sino por la revolución proletaria, que elimina la explotación del hombre por el hombre e instaura e dominio racional de los hombres sobre sus procesos de vida social”.
Este pensamiento sería a un reencuentro con Rosa Luxemburgo, que reconoce una moral humanista del marxismo, pero observa que toda moral y todo humanismo tiene, necesariamente, un carácter de clase, en cuanto no fuera instaurado el comunismo.
Pero, como defender el humanismo del Che que al mismo tiempo defiende la “muerte impiadosa del opresor”? Esta aparente contradicción es hecha reiteradas veces principalmente por políticos ligados a la derecha que, en general, dan sentido en dictaduras alineadas a su postura política pero tratan al revolucionario como “terrorista”. Lowy no ve tal contradicción ya que, para el humanismo revolucionario, la guerra emprendido por el pueblo es la única respuesta necesaria y la única posible de los oprimidos contra sus opresores que patrocinan la violencia institucionalizada.
“En la Actual coyuntura latino-americana, la lucha armada solo interesa a los fabricantes de armas y a la extrema derecha, Pero en tanto, como principio, defendido por Santo Tomas de Aquino y el Papa Paulo VI en la Encíclica Populorum Progresio, cuando al pueblo no le queda otro recurso para persuadir al tirano, la defensa armada se legitima. Es una interpretación humanista de la tradición judaico-cristiana, incorporada por el marxismo.” Entiende Frei Betto
Peter McLaren tiene una consideración interesante respecto de como la teoría revolucionaria del Che fue absorbida inclusive por sectores católicos en la América Latina. “Figuras religiosas como Dom Helder Camara y Oscar Romero hablaron de ‘trindad de sangre’, tres niveles de violencia: violencia estructural, violencia revolucionaria y, por fin, reaccionaria”, explica. “El primer nivel, de violencia del ‘pai’, seria la opresión social, económica, política, del sistema militar y de arreglos, codificada en la ley y los hábitos y que es responsable por decenas de millares de muertes de inocentes en todo mundo diariamente. La violencia revolucionaria, el segundo tipo, o violencia del ‘filho’, seria la respuesta a la violencia del primer nivel, a estructural. La reaccionaria, o ‘diabólica’, consistiría la respuesta del Estado a los actos de protesta contra a violencia estructural”, describe.
Glauco Faria
Forum Edição 55 • outubro de 2007
traduccion O.A
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